Ramos vota para lograr que la central de datos de ADN de Nueva York sea la más extensa del país
El asambleísta Phil Ramos (D-Central Islip) anunció la aprobación de un proyecto de ley auspiciado por él que amplía la lista de delitos que requieren una muestra de ADN de una persona declarada culpable, mientras también crea disposiciones para ayudar a asegurar que los demandados y los que sean declarados culpables injustamente tengan un acceso justo y equitativo a las muestras de ADN y a la central de datos de ADN (A.9555). El Gobernador ha dicho que firmará esta medida en ley.
“El uso de muestras de ADN es la manera más eficiente y confiable que tienen las autoridades para identificar a los criminales y ponerlos tras las rejas”, dijo el asambleísta Ramos. “Al ampliar nuestra central de datos de ADN, les proveeremos a las autoridades una mejor forma de mantener a los criminales peligrosos fuera de las calles del condado de Suffolk, mientras corregimos el daño causado a las personas que están pagando por crímenes que ellos no cometieron”.
Desde su creación en 1996, el uso de la central de datos de ADN ha resultado en más de 2,900 condenas. Según la División de Servicios de Justicia Criminal del Estado de Nueva York, los criminales declarados culpables que actualmente están en la central de datos habían sido declarados culpables de un promedio de tres crímenes previamente –de los que no se había colectado muestras de ADN– antes de que cometieran un crimen que requiriera esta prueba. Bajo esta legislación, la nueva lista de crímenes para los que se colectarán muestras de ADN incluirán todos los delitos graves y delitos menores bajo el Derecho Penal, excepto en circunstancias limitadas.
Esta legislación también clarifica la autoridad de la corte para ordenar muestras de ADN después de haber emitido un fallo cuando un demandado somete una moción para invalidar dicho fallo, y la corte determina que dichas muestras de ADN ayudarán a determinar la inocencia del sospechoso. Este acceso les dará a más demandados el derecho de probar su inocencia, añadió Ramos.
“Las condenas injustas no solamente causan un efecto devastador en las familias de los que han sido condenados injustamente, sino que también dejan a los verdaderos culpables merodeando por las calles, libres para cometer otros crímenes”, recalcó Ramos.